domingo, 23 de febrero de 2014

Relación Comercial entre México y Estados Unidos

Actualmente encontramos en el hemisferio occidental tres procesos de integración regional:
El primero tiene como eje el complejo de América del Norte, centrándose en los Estados Unidos e incluyendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así como acuerdos bilaterales que emanan no solo de Estados Unidos, sino también de México y Canadá.

El intercambio comercial entre México y Estados Unidos se inscribe en el marco conformado por dos tratados de esta red de acuerdos comerciales, el TLCAN y el ALCA.
TLCAN se concibe como un área de oportunidad y de beneficios que dado el nivel de concentración comercial que ya existe, no pueden expandirse fácilmente.
El ALCA es la iniciativa de liberalización comercial regional más ambiciosa en el continente tanto por el número de participantes como por los temas que plantea.

Estados Unidos es el país que marca el ritmo de avance en la negociación del ALCA.
Después del 11 de septiembre, con el viraje de Estados Unidos hacia los temas vinculados con su seguridad, el ALCA ha quedado estancada. Designaba la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) al resto de los estados del continente americano excluyendo a Cuba.
A partir de la cumbre de 2005 en Mar del Plata el ALCA entró en crisis, al punto que muchos ya lo consideran como un proyecto muerto.

Por otra parte, el TLCAN ha dado un gran dinamismo al comercio e inversión en América del Norte y sin lugar a dudas se ha vuelto estratégicamente importante para los planes de desarrollo mexicanos.
El TLCAN ha tenido aspectos positivos como:

-el incrementar las exportaciones y los flujos de inversión
-construyó un andamiaje institucional en el comercio con Canadá y Estados Unidos
-brindó certeza acerca de la política económica que seguirá el país.

Dentro de los rubros negativos, destaca:
-ha incrementado la dependencia económica de México hacia los Estados Unidos, incrementando la vulnerabilidad del primero.

Para Estados Unidos el interés comercial en los países de América Latina es marginal, pero adquiere mayor importancia si los países se ubican dentro de su perímetro de seguridad y en la medida en que las cuestiones comerciales se vinculan con sus preocupaciones en materia de seguridad nacional.

Por su parte, México tiene un interés vital en la relación comercial con Estados Unidos dado que concentra más del 80% del volumen de su intercambio comercial con este país ya que no posee opciones reales de diversificación pese a su vasta red de acuerdos comerciales.

Sin embargo, el ataque del 11 de septiembre a Estados Unidos agregó una nueva dimensión al TLCAN, pues la misma apertura que promueve la integración económica se ha convertido en una fuente de inseguridad. Por ello, las autoridades estadounidenses han puesto en marcha una serie de medidas de seguridad en las fronteras norte y sur de los Estados Unidos.


En el largo plazo esta situación supone un severo impacto a la integración regional que había sido construida en torno al TLCAN, pues se traducirá en nuevos y permanentemente mayores niveles de seguridad fronteriza que generarán mayores costos de transacción (actuarán como un arancel adicional al comercio entre los tres países), un nuevo impuesto a la inversión directa y constituirán un obstáculo a los viajes tanto de placer como de negocios entre los tres países. 

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