Relación Comercial entre México y Estados Unidos
Actualmente encontramos en el
hemisferio occidental tres procesos de integración regional:
El primero tiene como eje el
complejo de América del Norte, centrándose en los Estados Unidos e incluyendo
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), así como acuerdos
bilaterales que emanan no solo de Estados Unidos, sino también de México y
Canadá.
El intercambio comercial entre
México y Estados Unidos se inscribe en el marco conformado por dos tratados de
esta red de acuerdos comerciales, el TLCAN y el ALCA.
TLCAN se concibe como un área
de oportunidad y de beneficios que dado el nivel de concentración comercial que
ya existe, no pueden expandirse fácilmente.
El ALCA es la iniciativa de
liberalización comercial regional más ambiciosa en el continente tanto por el
número de participantes como por los temas que plantea.
Estados Unidos es el país que
marca el ritmo de avance en la negociación del ALCA.
Después del 11 de septiembre,
con el viraje de Estados Unidos hacia los temas vinculados con su seguridad, el
ALCA ha quedado estancada. Designaba la expansión del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) al resto de los estados
del continente americano excluyendo a Cuba.
A partir de la cumbre de 2005
en Mar del Plata el ALCA entró en crisis, al punto que muchos ya lo consideran
como un proyecto muerto.
Por otra parte, el TLCAN ha
dado un gran dinamismo al comercio e inversión en América del Norte y sin lugar
a dudas se ha vuelto estratégicamente importante para los planes de desarrollo
mexicanos.
El TLCAN ha tenido aspectos
positivos como:
-el incrementar las exportaciones
y los flujos de inversión
-construyó un andamiaje
institucional en el comercio con Canadá y Estados Unidos
-brindó certeza acerca de la
política económica que seguirá el país.
Dentro de los rubros
negativos, destaca:
-ha incrementado la
dependencia económica de México hacia los Estados Unidos, incrementando la
vulnerabilidad del primero.
Para Estados Unidos el interés
comercial en los países de América Latina es marginal, pero adquiere mayor
importancia si los países se ubican dentro de su perímetro de seguridad y en la
medida en que las cuestiones comerciales se vinculan con sus preocupaciones en
materia de seguridad nacional.
Por su parte, México tiene un
interés vital en la relación comercial con Estados Unidos dado que concentra
más del 80% del volumen de su intercambio comercial con este país ya que no
posee opciones reales de diversificación pese a su vasta red de acuerdos
comerciales.
Sin embargo, el ataque del 11
de septiembre a Estados Unidos agregó una nueva dimensión al TLCAN, pues la
misma apertura que promueve la integración económica se ha convertido en una
fuente de inseguridad. Por ello, las autoridades estadounidenses han puesto en
marcha una serie de medidas de seguridad en las fronteras norte y sur de los
Estados Unidos.
En el largo plazo esta
situación supone un severo impacto a la integración regional que había sido
construida en torno al TLCAN, pues se traducirá en nuevos y permanentemente
mayores niveles de seguridad fronteriza que generarán mayores costos de
transacción (actuarán como un arancel adicional al comercio entre los tres
países), un nuevo impuesto a la inversión directa y constituirán un obstáculo a
los viajes tanto de placer como de negocios entre los tres países.